lunes, 1 de septiembre de 2008

Un viaje a tiempo ahorra quebraderos de cabeza

¿A quién no le gusta viajar? Hay muchos tipos de viajes que se pueden categorizar de las maneras que uno quiera: están los viajes de placer, los viajes de negocios, los viajes con los amigos, los viajes de novios.... y los viajes socorridos.
Sí parece una tonteria o un concepto extraño, pero los viajes socorridos son aquellos que sirven para cualquier cosa y salvan las conversaciones a cualquiera. Cuando estás tomando un café con alguien y de repente uno de los dos sujet@s se queda sin conversación siempre se puede recurrir a ellos, dan para mucho.
Porque los viajes no aportan sólo experiencia a las personas, si no que también conversación. Se puede hablar durante horas con los amigos sobre los paseos que se ha dado uno por el mundo. Se puede quedar expresamente para enseñar las fotos del viaje a los amigos... Y al final, después de esto cabe preguntarse si viajamos porque nos gusta, o lo que realmente nos divierte es contarlo. Cada uno de nosotros debería hacerse esta pregunta.
Si no, por què la gente dice que el trabajo de turista es el más cansado. Para vivir la experiencia de trabajar como turista recomiendo encarecidamente que cada uno de vosotros se apunte a un viaje organizado, y entonces llegará después de las vacaciones pensando que su trabajo es el más relajado del mundo. Porque en los viajes esos le imponen a una la hora a la que se tiene que levantar, comer, dormir,.... y si nos ponemos hasta nos dicen cuando hay que respirar... ¿se puede llamar a esa tiranía vacaciones? en mi modesta opinión: no creo que se pueda, pero queda abierta la veda.

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